lunes, 7 de enero de 2008

Crecimiento económico, sus factores, IDH e Ingreso Per cápita

El crecimiento económico hoy, es una de las metas de todos los países, y en este marco implica un incremento de los ingresos, y en teoría, de la forma de vida de los individuos de una sociedad. Este crecimiento económico se traduciría en el aumento de la cantidad de bienes, la renta o el valor de bienes y servicios producidos por una economía, el cual se mide a través de porcentaje de aumento del Producto Interno Bruto (PIB)
Este crecimiento de tipo económico se ha considerado deseable, en el entendido que habría una relación entre la cantidad de bienes materiales disponibles y la mejora del nivel vida de las personas. Dado que también se mide el aumento en los bienes que produce una economía, esto se relaciona con lo que se gasta, y la causa no necesariamente así conducida es deseable, porque no todo lo que se gasta es renovable, como lo son en el ámbito de materias primas o reservas geológicas.
En cuanto a los factores o causas que explican el crecimiento económico, el modelo de Solow (neoclásico) predecía la convergencia hacia un estado continuo, en el cual todo crecimiento per cápita surgiría del progreso tecnológico. Señala que partiendo de igual factor en relación a instituciones (gobiernos y banco central), funciones producción añadidas y medidas de ahorro, todos los países tenderían a converger hacia el mismo estado continuo. Tomando en cuenta que no todos los países tienen similares características, estos no necesariamente tenderán a converger.
En este modelo, el crecimiento sería exógeno, relacionado con la Productividad global, por tanto decreciente de factores de producción individuales, a diferencia de la teoría del crecimiento endógeno que trata de interiorizar sus causas como aumento del capital humano (educación) o del cambio tecnológico.
A partir de los 80, Romer, seguido por aportes de Lucas, cuestionaron la explicación neoclásica, ante el fracaso de la hipótesis de convergencia, y ante el desempeño eficiente de los países asiáticos, que no solo crecían a tasas sostenidas, sino que sustentaban su crecimiento en sustantivas ganancias en su productividad. Por otra parte, estaba la paradoja de una fuerte intervención del gobierno.
Los nuevos modelos de crecimiento enfatizan como factores importantes aspectos como el capital humano, apertura al comercio internacional, la ausencia de distorsiones, la estabilidad política y social, investigación y desarrollo en tecnologías, patentes, eficiencia de de la inversión, mayor información y transparencia, menor poder de los grupos de presión, mayor aprovechamiento de los recursos naturales y mayor felixibilidad laboral. El mejoramiento de los indiciadores, a la luz de estos factores, debiera llevar – en términos teóricos – a un alza en los estándares de vida de la población, a través del aumento del ingreso per cápita, pero seguir pensando que ésta relación es directamente correlativa, es obviar en el caso chileno, el complejo problema de la distribución.
Cabe considerar que el intento de promover el crecimiento económico por encima de cualquier otra consideración es un síntoma de lo que se conoce como productivismo, y no necesariamente habla de un desarrollo como bienestar integral. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) complementa la mirada, basándose en un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros, influidos ciertamente por el per cápita, pero de relación imperfecta:

· Esperanza de vida al nacer

· Educación (medida por la tasa de alfabetización de adultas y la tasa bruta combinada de matrícula en educación primaria, secuandaria y terciaria.

· Nivel de vida digno (medido por el PIB per cápita en USD)

El IDH busca medir dichas variables a través de un índice compuesto, por medio de indicadores que se relacionan en los tres aspectos mencionados en forma sinóptica, generando un ranking de países. De ello es posible desprender diferencias positivas, es decir, en que muestra países que han hecho un buen trabajo en términos de Desarrollo humano, relativos a su posición en el ranking de PIB. Por otra parte, las diferencias negativas, en el cual el país lo ha hecho peor en desarrollo humano relativo a su posición en el ranking del PIB.
Los resultados del IDH, ponen en jaque los esfuerzos de los gobiernos por elevar los niveles de vida de sus ciudadanos, y obligan a mirar su propio desempeño en términos de políticas públicas en los social y económico, a pesar que en términos numéricos netos, el per cápita pareciera optimista.
Es posible concluir en base a lo recientemente expuesto que los modelos economicos muchas veces no se complementan con factores humanos que no son precisamente cuantificables bajo los mismo parametros. Existen muchas variables que juegan en la carrera del desarrollo o subdesarrollo de variables.
Por esta misma razón es necesario conjugar los modelos y lograr así información más fidedigna y real de las situaciones de los paises del mundo, que interactuan en la economia globalizada.
El IDH es un ejemplo de condiciones no economicas que deben analizarse al momento de evaluar el nivel de vida de pais, y valorar la efectividad de las políticas orientadas al desarrollo económico. Está demostrado que el pib o indice percapita no grafican realmente la situacion del pais.
Las economias actuales estan orientadas a lograr un equilibrio en terminos de calidad de vida y equidad, enfatizando el desarrollo sustentable como un pilar fundamental del bienestar integral (social, económico y ambiental)

Carla Valdé S; Asistente Social.

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