jueves, 29 de noviembre de 2007

...pincelada sobre una complejidad...

Desde la perspectiva de la cultura de los derechos humanos, la pobreza debe ser considerada como "situación de privación de lo necesario" (Valentine), como "situación social que depriva doblemente: de los bienes y servicios básicos y de condiciones de dignidad de la vida".
Desde la cultura de la paz, cabe considerar la situación de conflicto que genera la pobreza. La violencia de los sistemas cotidianos, estructurales y simbólicos, oprimen permanentemente a familias, niños(as) y jóvenes en los sectores populares, lo que a su vez, provoca aumento de violencia en el medio familiar y social, tanto por la privación de los medios materiales de la vida, como por la privación de afecto y del sentido de la vida. Weinstein (1984), afirma que los pobres se integran al sistema social, pero de un modo inestable y subordinado. Muchos de los conflictos que presentan, se debe a su forma de inserción en la sociedad que produce, no sólo dificultades para la sobrevivencia material, sino también obstáculos para las metas y medios que prescribe la sociedad. En tal sentido, puede comprenderse una directa relación entre pobreza y aprendizaje de la desesperanza, entendiendo ésta como "aquellas experiencias de no logro, repetidas en el tiempo".
Es importante aclarar que la pobreza en sí, no produce necesariamente comportamientos tales como inactividad, pasividad, hostilidad o desarraigo. La vivencia de la pobreza no es determinista en los comportamientos o actitudes de las personas. Sin embargo, entre los impactos de la pobreza, Seligman (1979) descubre que la pobreza trae consigo frecuentes e intensas experiencias de incontrolabilidad e inestabilidad, es decir, la sensación de que a pesar que se han hecho esfuerzos, los factores externos son más determinantes. Tanto más intensas y tempranas sean las vivencias e impactos de la pobreza, hay mayor efecto hacia experiencias, disposición y actitudes de vulnerabilidad, indefensión, desesperanza y conductas de socialización desajustadas y conflictivas.
“… el resultado de los impactos provocados por el patrón de desarrollo vigente, pero también expresa la incapacidad de los grupos más débiles de la sociedad para enfrentarlos, neutralizarlos y obtener beneficios de ellos. Frecuentemente se identifica la condición de pobreza de la gente con vulnerabilidad. Sin embargo, la inseguridad e indefensión que caracterizan a ésta no son necesariamente atribuibles a la insuficiencia de ingresos, propia a la pobreza. En efecto, si se comparan las condiciones de vida de los trabajadores urbanos con la de los campesinos de áreas remotas es probable que éstos, al basar su vida en la agricultura de subsistencia, se hayan visto menos afectados frente a los programas de ajuste estructural y a los golpes de naturaleza macroeconómica”.